Disminución moderada del tono y la elasticidad de los tejidos faciales, con pérdida del contorno facial (óvalo de la cara) y descenso de los pómulos.

Indicaciones

Con la misma finalidad, puede utilizarse para el tratamiento de la flaccidez de los tejidos del cuello, el escote, el abdomen, la cara interna y alta de los muslos (región inguinal), y la zona posterointerna de los brazos.

Método

Consiste en crear, bajo la piel, una malla de hilos de oro, para, por si misma y por la fibrosis que se constituye en torno a ellos, proporcionar a la piel el soporte, la textura y la tensión perdida con los años; efectivamente, el oro genera una reacción inflamatoria específica a su alrededor, con producción masiva de fibras de colágeno y elastina propias, y fibrosis cicatricial.

Se utiliza un hilo de oro totalmente puro (24 quilates) y extraordinariamente fino (0’1 milímetro de diámetro). Este reducido calibre le hace especialmente frágil, por lo cual, para su implantación, debe siempre asociarse a otro hilo, que llamamos “conductor”, de material reabsorbible (desaparecerá en unas semanas) o no reabsorbible (e este caso intensifica la actuación del hilo de oro). Previa planificación, en función de la región a tratar, se diseñan sobre la piel, con lápiz dermográfico, los trayectos que se seguirán en la creación de la malla mencionada; en general, estos trayectos representan dos direcciones perpendiculares entre si, a modo de cuadrícula.

El conjunto hilo de oro-hilo conductor se implanta mediante una pequeña aguja recta de cirugía, resultando sólo necesario algo de anestesia local en algunos puntos de los trayectos previamente planificados y diseñados.

No es necesaria sutura ni vendaje alguno. Los diferentes puntos de entrada y salida de la aguja se sellan con una gotita de cola biológica o tiras adhesivas.

Tratamiento

Se resuelve en una única sesión para la totalidad de una zona a tratar.

Duración del tratamiento

Alrededor de una hora.

Inconvenientes

Lógicamente, puede aparecer algún hematoma, que puede ocultarse inmediatamente con maquillaje, y que tardará pocos días en desaparecer.

Los resultados definitivos se obtienen transcurridos de tres a seis meses, periodo necesario para producirse y constituirse el tejido fibroso, al que hemos aludido anteriormente, y que es básico para la obtención del tono y la elasticidad cutánea deseados.

Comentario

Se trata de un procedimiento eficaz si, de entrada, la indicación es correcta. Teniendo en cuenta que el resultado depende, en gran manera, de la respuesta tisular conviene ser cauto a la hora de establecer los estimables resultados.

Si la flaccidez ya ha superado unos ciertos límites, que sólo el cirujano cosmético está en condiciones de valorar, habrá de recurrirse a un lifting quirúrgico. Aún así, si se opta por la implantación de hilos de oro se obtendrá, en todos los casos, una mejoría notable del aspecto cutáneo, por la neoformación de colágeno y elastina.