Tratamiento restitutivo del envejecimiento cutáneo facial y de sus estigmas generales: el aspecto, la textura, el tono, el color, el brillo, el tacto, etc. En definitiva, revitalización global de la piel, especialmente de la cara y el cuello, pero también del escote, las manos, etc.

Indicaciones

Asimismo se utiliza, necesariamente en combinación con otros procedimientos (por ejemplo, la biodermogénesis, la mesoterapia o los peelings), en el tratamiento de las estrías en desarrollo o atróficas, en cualquier parte del cuerpo.

Siendo que, en general, los tratamientos pueden ser preventivos, restitutivos o correctivos, un tratamiento restitutivo es aquel que pretende restablecer (a la normalidad estructural y funcional = fisiología) el metabolismo y el funcionalismo cutáneos. Específicamente, la bioestimulación representa el conjunto de procedimientos para la estimulación biológica de las funciones anabólicas (construcción o síntesis de moléculas orgánicas complejas a partir de otras más sencillas o de los nutrientes) del fibroblasto, la célula fundamental que determina la estructura y la calidad de la piel.

De forma primordial, la activación biológica del fibroblasto la inducen los llamados factores de crecimiento y otras moléculas, como las que resultan de la degradación del ácido hialurónico en la dermis; y conduce a la síntesis de colágeno, elastina y ácido hialurónico, elementos esenciales de la estructura cutánea. Resultando estrictamente necesaria la presencia suficiente de los precursores naturales (prolina, lisina y glicosamina) de estos elementos, a lo que podemos contribuir con una aportación exógena.

Método

Los factores de crecimiento son proteínas que produce el organismo humano; son mediadores biológicos que regulan funciones esenciales en la regeneración y reparación de los tejidos: por ejemplo, la capacidad de atraer y dirigir células hacia el lugar en que son necesarias, la mitosis o división celular para producir células nuevas, el desarrollo de vasos sanguíneos nuevos, la síntesis de matriz extracelular, etc. En nuestro caso, los utilizamos para estimular, en la dermis, los fibroblastos y la vascularización local; en definitiva, procesos fisiológicos que tienen que ver con la reparación (para obtener una cicatrización) y/o regeneración (para obtener nuevo tejido biológico funcional, no cicatricial) cutáneas.

Los factores de crecimiento se producen en muchas células y tejidos del organismo, por ejemplo en las plaquetas de la sangre, que además los transportan a los lugares donde sean necesarios. Resulta que las plaquetas son relativamente fáciles de obtener y mediante su adecuada utilización pueden constituir una fuente importante de esos mencionados factores de crecimiento; los liberarán bajo control del facultativo.

Así pues, una parte del tratamiento consiste en obtener una pequeña muestra de sangre (equivalente a la que se extrae para realizar un análisis), prepararla para disponer de la fracción plasmática (y en ella, las plaquetas) y reinyectar ésta, en forma de microinyecciones, por debajo de la piel del propio paciente, muy superficialmente.

Las inyecciones se realizan con jeringa y aguja de muy pequeño calibre, resultando prácticamente indoloras, abarcando ampliamente las zonas predeterminadas. Se puede utilizar anestesia tópica (una crema anestésica que se aplica 20 ó 30 minutos antes), o simplemente analgesia con frío (cubitos u otras fuentes de frío).

De acuerdo con algunos trabajos científicos publicados recientemente, para lograr un eficaz estímulo de los fibroblastos, puede resultar conveniente realizar dos sesiones de estas microinyecciones con 6-10 horas de intervalo.

Al final de cada sesión, se puede aplicar una mascarilla dermocosmética refrigerante o descongestiva, para contrarrestar el enrojecimiento y las molestias ocasionadas por las microinyecciones.

En unos plazos y con unos protocolos perfectamente definidos, se realizan unas sesiones de mesoterapia (microinyecciones cutáneas) con soluciones de los denominados precursores biológicos: aminoácidos, coenzimas y otros elementos que son necesarios para que el fibroblasto (estimulado por los factores de crecimiento) sintetice colágeno, elastina y ácido hialurónico, los elementos estructurales esenciales de la piel. O se continúa con el resto de tratamientos programados.

Tratamiento

El protocolo es específico para cada paciente en función del grado de envejecimiento o de lesión, y de las características de su piel.

En el caso del envejecimiento cutáneo, que es un proceso evolutivo, el tratamiento con las microinyecciones de factores de crecimiento debe realizarse dos veces al año; asociando en cada ocasión varias sesiones de inyecciones de precursores.

En el caso de las estrías, que es un proceso cicatricial estable, el tratamiento se realiza una sola vez precediendo al resto de procedimientos programados.

Es habitual el recurso a la microdermoabrasión suave controlada para favorecer una exfoliación de la capa córnea y una estimulación de las capas subyacentes. Pueden utilizarse sistemas de diseño que permiten combinar sesiones de dermoabrasión en el centro médico, y sesiones de continuidad que realiza el paciente en su propio domicilio, con los productos y los equipos (de manejo sencillo) que se le pueden prescribir.

Resulta importante realizar algunas sesiones de hipertermia local. No se trata de aplicar calor, sino de generar una elevación de la temperatura, que no sobrepase los 37-38º C, en los tejidos que se desea tratar; esta temperatura determina una máxima velocidad de las reacciones biológicas, en ausencia de riesgos colaterales.

También es muy importante asociar un tratamiento farmacológico por vía oral, con antioxidantes (coenzima Q-10, vitaminas, oligoelementos, etc.), y con el conjunto de precursores (aminoácidos y otros sustratos) que aseguren la disponibilidad necesaria para la síntesis que se pretende de colágeno, elastina y ácido hialurónico.

También se pueden prescribir algunos complementos nutricionales o nutracéuticos (colágeno hidrolizado y otros).

Asimismo se instaura un tratamiento dermocosmético básico y, si fuera preciso, específico.

Duración del tratamiento

La sesión principal, cuando se realizan la microdermoabrasión, la obtención de los factores de crecimiento autólogos y las microinyecciones, puede durar hasta dos horas.

En el caso del envejecimiento cutáneo, las sesiones de continuidad (mesoterapia con precursores) de treinta a sesenta minutos.

Inconvenientes

Aparte de las molestias de las microinyecciones, en función del tipo de piel, puede aparecer alguna equimosis (moretón) o rojez, totalmente pasajeros, y en cualquier caso ocultables con maquillaje desde el primer momento.

En el caso de los factores de crecimiento autólogos no cabe ningún tipo de reacción alérgica por ser éstos del propio paciente.

Si puede darse la circunstancia de una alergia o sensibilidad a alguna de las soluciones de precursores que se inyectan; suele ser de escasa relevancia, con manifestación puramente local (rojez, picor, etc.). La solución responsable no será utilizada en las siguientes sesiones.

Excepcionalmente debe contemplarse la posibilidad de una reacción alérgica grave.

Comentario

En la actualidad, la bioestimulación debe considerarse el tratamiento básico del envejecimiento cutáneo. Frente al tratamiento correctivo, al que en algunos casos será necesario llegar, permite recurrir a la estimulación de las capacidades que cada individuo conserva y que, sin esa estimulación, no utiliza.

Se trabaja en el contexto de la propia fisiología del paciente, es decir en el deseo de recuperar y mejorar las funciones normales de los órganos y tejidos, en este caso de la piel.

Los resultados son muy buenos, quizás no constatables en las clásicas fotografías de antes y después, pero bien es cierto que el paciente se manifiesta siempre satisfecho.

Siempre cabe asociarlo, si es necesario y en los adecuados protocolos, a los clásicos tratamientos correctivos o incluso quirúrgicos.