La mamoplastia de aumento permite corregir una insuficiencia subjetiva del tamaño de las mamas, de tipo constitucional o adquirido (post-parto, adelgazamientos importantes, etc). Permite equilibrar el tamaño de las mamas, cuando existe una diferencia significativa entre ellas.
Indicaciones
También está indicada en casos de ptosis o descolgamiento moderados, cuando se estime que la simple inclusión de unas prótesis puede corregir el problema por relleno de los tejidos. Finalmente resulta una técnica reconstructiva en determinadas situaciones (mastectomías y otras).
Método
Consiste en la implantación local de unos elementos denominados prótesis o inclusiones mamarias, detrás del tejido mamario o debajo de los músculos torácicos.
Las incisiones se realizan de forma que las cicatrices resulten lo más invisibles que sea posible, habitualmente por debajo de la mama, alrededor de la parte inferior de la areola, o en la axila. El método de implantación y la posición de la prótesis dependerán de sus preferencias, su anatomía y la recomendación de su cirujano.
Una prótesis mamaria consta de una cubierta exterior y un contenido. La cubierta exterior da forma a la prótesis, en relación a su diseño, diámetro (base) y altura (proyección o perfil). Las hay herméticas (pre-rellenadas), y su contenido puede ser diverso: gel de silicona, hidrogel, suero fisiológico, etc. Y las hay rellenables: se implantan vacías, y una vez en su situación definitiva, se rellenan, habitualmente con suero fisiológico.
Tratamiento
La intervención puede realizarse bajo anestesia local y analgesia-sedación; o bajo anestesia general.
Se precisa una incisión mínima, de apenas 2-5 cm, en la areola mamaria, en el surco inframamario o en el hueco de la axila; las más de las veces, resulta prácticamente imperceptible en 30-40 días.
Tras la intervención se suele colocar un discreto vendaje compresivo o un sujetador elástico especial, y, si la anestesia ha sido local, la paciente regresa a su domicilio transcurridas 2 ó 3 horas desde el final de la intervención.
Podrá ducharse a partir de las 24 horas. La sutura externa, si la hubiera, será retirada a partir de los diez o doce días.
Duración del tratamiento
Entre una y dos horas.
Incovenientes
La paciente puede reincorporarse a sus actividades habituales en 1 ó 2 días, con la única precaución de no realizar esfuerzos con el tronco y los brazos.
Algunos cirujanos aconsejan que la propia paciente realice precozmente (desde el 4º-5º día) amasamientos manuales de sus mamas, treinta minutos por la mañana y otros treinta minutos por la noche.
Las complicaciones inmediatas, infrecuentes, son la aparición de hematomas o simplemente derrames serohemáticos, que se resuelven espontáneamente, infección local o dehiscencia de la sutura.
Si ocurre una hemorragia postoperatoria puede requerir tratamiento urgente para drenar la sangre acumulada y sellar el o los vasos sanguíneos responsables; e incluso transfusión de sangre.
Si ocurre una infección, el tratamiento incluye la posible retirada del implante por un tiempo, antibióticos y/o cirugía adicional.
Las mamas están habitualmente doloridas después de la cirugía. No es raro que haya algún cambio en la sensibilidad del pezón inmediatamente después de la cirugía. Al cabo de varios meses la mayoría de las pacientes tienen una sensibilidad normal. Ocasionalmente puede ocurrir una pérdida parcial o total de la sensibilidad del pezón, de la areola, de la piel de la mama o del brazo.
La cicatrización excesiva es infrecuente. En casos raros pueden darse cicatrices anormales. Las cicatrices pueden ser inestéticas o de diferente color al de la piel circundante. Puede precisarse cirugía adicional para tratarlas.
La falta de adecuada cobertura tisular o una infección puede dar como resultado la exposición y extrusión del implante. Se han visto casos de rotura de la piel con el uso de medicación esteroidea o tras radioterapia del tejido mamario. Si ocurre rotura del tejido y la prótesis queda expuesta, es necesaria su retirada.
Existen algunas posibles complicaciones especiales a medio y largo plazo que deben conocerse:
- Contractura capsular. Al introducir un material artificial en el seno, los tejidos circundantes le rodean de una membrana natural para aislarlo; esta membrana se llama cápsula fibrosa y se desarrolla en todos los implantes. En algunos casos, por razones no bien conocidas, esta cápsula se endurece y se retrae alrededor del implante, provocando molestias, incomodidad, dolor y hasta deformidad del seno. La contractura capsular puede aparecer en uno o en los dos senos, con igual o distinta intensidad, e incluso años después de la intervención, aunque lo normal es que se presente en los primeros meses. Aunque no se puede predecir si ocurrirá una contractura capsular sintomática, generalmente se da en menos del 2% de los pacientes en nuestra casuística. Los pacientes que han sufrido una encapsulación previa tienen más frecuencia de repetir este fenómeno.
En su prevención tienen mucho que ver los modernos materiales y texturas de las prótesis, y los amasamientos postoperatorios precoces que ya se citaron. Si la contractura capsular aparece, debe ser inicialmente tratada mediante la aplicación de ultrasonidos externos y masaje profesional. La presión externa (capsulotomía cerrada) puede romper la cápsula en algunos casos muy concretos; si no cede, deberá recurrirse a la cirugía (capsulotomía abierta), en algunos casos con cambio de implante o retirada del mismo.
Ver información específica sobre capsulotomía al final de este documento.
- Transpiración de gel. Es la migración de pequeñas cantidades del contenido de la prótesis a través de la envoltura externa del implante; no ocasiona ningún tipo de problema.
- Ruptura del implante. El implante de mama puede rasgarse o romperse, incluso sin razón aparente; cabría pensar, en primer lugar, en un defecto de su fabricación. Las actividades y ocupaciones que implican un riesgo de traumatismo mamario, potencialmente podrían romper o dañar los implantes mamarios. En esta circunstancia, el contenido puede quedar retenido por la cápsula anteriormente citada, y resultar indetectable durante bastante tiempo; en caso contrario, aparece inflamación y sensibilidad local, siendo necesaria una cirugía de revisión, eliminación de la prótesis rota y el contenido liberado, y eventual sustitución del implante.
Tres o cuatro meses después de la intervención ya no deben existir alteraciones de la sensibilidad en los senos, y debe resultar difícil la detección de las prótesis en la observación y/o palpación de los senos por un profano. No deben existir problemas para la lactancia en partos posteriores.
Pueden producirse pliegues en el implante visibles y palpables; hablamos de ‘rippling’. Esto puede ser más pronunciado en pacientes con implantes de suero o con tejido mamario delgado.
Pueden formarse depósitos de calcio en el tejido que rodea la prótesis, lo que puede causar dolor, aumento de la consistencia, y pueden ser visibles en la mamografía. Si esto ocurre, puede ser necesaria cirugía adicional para corregir el problema.
No se ha demostrado un aumento de riesgo de cáncer de mama entre las portadoras de prótesis, fuera cual fuera su contenido. La enfermedad mamaria puede aparecer independientemente de la presencia de prótesis. Es recomendable que todas las mujeres se practiquen un autoexamen periódicamente, se sometan a mamografías de acuerdo con las pautas habituales y consulten a su médico si descubren un bulto en la mama.
Las prótesis pueden hacer más difícil de realizar una mamografía (exploración diagnóstica de patología mamaria), y pueden producir imágenes anormales, dificultando su interpretación. Podría llegar a producirse una rotura del implante a causa de la compresión de la mama durante la mamografía. El radiólogo debe ser advertido de la existencia de los implantes, para modificar la técnica habitual y extremar su atención. La ecografía, la mamografía de alta resolución y la resonancia magnética pueden ser apropiadas para evaluar nódulos mamarios y el estado de los implantes.
Comentario
Las prótesis o implantes para el aumento estético del tamaño de las mamas, o para la conformación estética de su volumen y forma representan, actualmente, uno de los tratamientos más requeridos en Cirugía Cosmética.
La alternativa podría consistir en no llevar a cabo la intervención, el uso de una prótesis mamaria externa o relleno, o la transferencia de tejidos corporales autólogos (por ejemplo, tejido graso) para aumentar el tamaño mamario.
No existe evidencia suficiente en cuanto a la absoluta seguridad de los implantes mamarios respecto a la fertilidad, embarazo o lactancia. Aunque no hay evidencia convincente de peligro especial de los implantes para la mujer embarazada o su hijo, continúan los estudios para detectar y evaluar posibles problemas.
A día de hoy no hay estudios concluyentes que demuestren la necesidad de cambiar las prótesis actuales en un tiempo determinado, aunque se continúe investigando al respecto.
El desarrollo y perfeccionamiento de la anestesia local, la simplificación de las técnicas de implantación, y la altísima calidad de los materiales empleados permiten contemplar excelentes y duraderos resultados.
Capsulotomía abierta
La capsulotomía abierta es una operación quirúrgica destinada a tratar la contractura de la cápsula que se produce alrededor del o de los implantes mamarios; en algunos casos conlleva cambio del implante o retirada del mismo.
En el caso de que el implante sea retroglandular, será necesario colocar el implante en una ubicación más profunda, debajo del músculo pectoral. Las incisiones para la intervención de capsulotomía abierta pueden hacerse en zonas diferentes a las que se utilizaron en la cirugía primaria.
A propósito de la capsulotomía abierta, con o sin recambio del implante, es válida toda la información anterior.
Es necesario considerar que las pacientes que han sufrido un cuadro de encapsulación mamaria tienen más frecuencia a repetir este fenómeno.
Explantanción de implantes mamarios
La cirugía destinada a la extracción de un implante mamario puede producirse como consecuencia de distintas circunstancias, la más habitual es la extracción del implante por estar dañado o roto, aunque también puede ser por deseo de la paciente por motivos personales.
La cirugía destinada a la extracción de un implante mamario es una operación quirúrgica que puede realizarse con este único objetivo o puede combinarse con otras intervenciones como son: la extracción de tejido cicatrizal ubicado alrededor del implante del seno; la realización de una biopsia mamaria; la maxtopexia (cirugía para la elevación-recolocación del seno); o la reducción del volumen del pecho.
A propósito de la explantación de implantes mamarios es válida buena parte de la información anterior.
Después de la explantación de o de los implantes es posible que la paciente experimente una percepción negativa de su apariencia como consecuencia de la pérdida de volumen de las mamas, la distorsión o las arrugas de la piel de la zona que pudieran aparecer. Es posible que la apariencia física del busto sea peor que antes de la extracción del implante; ello podría acarrear alteraciones psicológicas como depresión o inapetencia sexual.
Las pacientes que se someten a una cirugía para la extracción de un implante mamario deben considerar la posibilidad de una futura cirugía correctiva.